Indigenismo y descentralismo dice José Luis Rénique son en las primeras décadas del siglo XX, las expresiones que asume el regionalismo cusqueño en respuesta a una modernización tan amenazante como prometedora. El libro que ahora nos entrega está destinado a analizar el complejo derrotero de la relación entre ellos a lo largo de la centuria pasada. La propuesta que Rénique desarrolla, con el apoyo de una amplia y sólida base documental trabajada con notable rigor historiográfico, es muy sugerente. En su estudio, el Cusco republicano viene a cumplir una peculiar función a la manera de puestos fronterizos, encargados de controlar la periferia rural del sistema político. El sistema, pese al resentimiento contra Lima, funciona. En el bullente mundo de la sierra -contrariamente a la imagen de una sierra inmóvil propuesta por la literatura indigenista- unas veces el Cusco aparecerá como el eje de una renovación encabezada por los indios, conscientes de su nueva misión histórica de hacer resurgir la civilización allí donde se anuncia la decadencia de Occidente. Otras veces su imagen ideal será la de la ciudad cosmopolita, embarcada en una acelerada modernización, donde la locomotora del progreso paradójicamente serán las ruinas del imperio incaico. En una tercera opción, bajo el impulso de las movilizaciones campesinas de inicios de los años 60, se sueña con el Cusco convertido en el centro de una radical transformación socialista. El análisis de la compleja dialéctica de la articulación de estos elementos es uno de los mayores aciertos del libro. (del prólogo de Nelson Manrique)